ENVÍOS A TODO EL PAÍS
Hay quien compra un frasco de felicidad para compartir con los amigos; otros, uno envuelto en papel de regalo para Navidad, para repartir entre sus hijos, para sus nietos…
La felicidad no admite descuentos. Es bueno tener siempre un frasco de reserva, aunque sea pequeño. El vendedor de felicidad llama a la puerta de los incrédulos, de los artistas, de las abuelitas. ¿Quién puede resistirse?
Hay quien compra un frasco de felicidad para compartir con los amigos; otros, uno envuelto en papel de regalo para Navidad, para repartir entre sus hijos, para sus nietos…
La felicidad no admite descuentos. Es bueno tener siempre un frasco de reserva, aunque sea pequeño. El vendedor de felicidad llama a la puerta de los incrédulos, de los artistas, de las abuelitas. ¿Quién puede resistirse?