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Los delicados textos de Ángeles Quinteros, autora destacada por su libro anterior de poemas infantiles “Un año”, con el Premio Fundación Cuatrogatos (E.E.U.U.) y Los Mejores del Banco del Libro 2022 (Venezuela), vuelve al género poético con este libro nostálgico e inspirador, acompañado por las bellas construcciones del ilustrador chileno Cristian Garrido.

Los versos de este poemario infantil viajan a través de la tímida presencia de la naturaleza en la ciudad, el universo a veces oscuro de la infancia y la relatividad de las cosas. Las y los lectores de este libro se encontrarán con un poco de lo que evoca su título: un brote cálido en medio del remolino de los días, un rincón de ternura, un respiro al arduo trabajo que significa crecer y, sobre todo, crecer en la ciudad.

En sus versos, Ángeles Quinteros rescata la presencia marginal de la naturaleza en estos espacios urbanos —desde pequeños huertos a la maleza que se atreve a desafiar al cemento—, y nos habla de los milagros cotidianos que suceden allí y de los cuales cualquiera puede ser testigo: el grillo del macetero que canta en las noches de verano, la polilla mareada con la luz de la lámpara, el lenguaje del viento que se enreda en la ropa colgada, la compañía de los astros al quedarnos dormidos y, por supuesto, aquel brote que se ve tan frágil e improbable pero que, contra cemento y sequía, se impone en los pocos resquicios de la ciudad.

En Brotes entre el cemento también encontramos poemas dedicados a desarmar ciertas construcciones adultas sobre la realidad —a veces, son los juguetes quienes juegan con nosotros y la distancia más corta entre dos puntos no es una línea recta— y a indagar en los sentimientos más oscuros que se dan en la infancia, alejándose de idealismos respecto a esta vulnerable etapa de la vida.

 

“La naturaleza tiene otros tiempos, ritmos que responden a ciclos colectivos e interconectados de los cuales los seres humanos tendríamos que aprender, observar y respetar desde muy pequeños, sincronizar nuestros relojes al pulso de la tierra. Esos tiempos, claro está, no responden a los de la actualidad, donde todo tiene que ir a gran velocidad, todo debe producir, rendir, ser eficiente, productivo y alinearse dentro de las lógicas capitalistas”, dice la autora.

 

Para la construcción de cada Ilustración se usó una técnica en volumen: pequeñas esculturas que se construyeron sumando materiales como madera, cartón, cartulina, corcho, cajas de fósforos, cilindros de cartón, semillas, palos de brochetas y pintura acrílica. Todos los originales fueron montados pieza por pieza, cada una lijada, coloreada y pegada con cola fría de carpintero.

 

“El desarrollo de las ilustraciones fue un gran desafío tanto en la conceptualización como la construcción de las piezas, ilustrar poesía es uno de los trabajos más difíciles que he tenido. Los textos de Ángeles tienen un dejo nostálgico que nos transporta a paisajes y sensaciones, en esto último me inspiré y extraje de ellos esos personajes que resonaban en las palabras como música. Es tan bella la poesía de Ángeles, hace que uno transite de lo natural de un paisaje a lo ruidoso de la ciudad mezclando ambos elementos”, explica Cristián Garrido, ilustrador de la obra.

 

––

tema: poesía infantil

formato: tapa dura 18,5 x 23,5 cm

páginas: 32

edad: a partir de 8 años


Brotes en el cemento - Ángeles Quinteros

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Los delicados textos de Ángeles Quinteros, autora destacada por su libro anterior de poemas infantiles “Un año”, con el Premio Fundación Cuatrogatos (E.E.U.U.) y Los Mejores del Banco del Libro 2022 (Venezuela), vuelve al género poético con este libro nostálgico e inspirador, acompañado por las bellas construcciones del ilustrador chileno Cristian Garrido.

Los versos de este poemario infantil viajan a través de la tímida presencia de la naturaleza en la ciudad, el universo a veces oscuro de la infancia y la relatividad de las cosas. Las y los lectores de este libro se encontrarán con un poco de lo que evoca su título: un brote cálido en medio del remolino de los días, un rincón de ternura, un respiro al arduo trabajo que significa crecer y, sobre todo, crecer en la ciudad.

En sus versos, Ángeles Quinteros rescata la presencia marginal de la naturaleza en estos espacios urbanos —desde pequeños huertos a la maleza que se atreve a desafiar al cemento—, y nos habla de los milagros cotidianos que suceden allí y de los cuales cualquiera puede ser testigo: el grillo del macetero que canta en las noches de verano, la polilla mareada con la luz de la lámpara, el lenguaje del viento que se enreda en la ropa colgada, la compañía de los astros al quedarnos dormidos y, por supuesto, aquel brote que se ve tan frágil e improbable pero que, contra cemento y sequía, se impone en los pocos resquicios de la ciudad.

En Brotes entre el cemento también encontramos poemas dedicados a desarmar ciertas construcciones adultas sobre la realidad —a veces, son los juguetes quienes juegan con nosotros y la distancia más corta entre dos puntos no es una línea recta— y a indagar en los sentimientos más oscuros que se dan en la infancia, alejándose de idealismos respecto a esta vulnerable etapa de la vida.

 

“La naturaleza tiene otros tiempos, ritmos que responden a ciclos colectivos e interconectados de los cuales los seres humanos tendríamos que aprender, observar y respetar desde muy pequeños, sincronizar nuestros relojes al pulso de la tierra. Esos tiempos, claro está, no responden a los de la actualidad, donde todo tiene que ir a gran velocidad, todo debe producir, rendir, ser eficiente, productivo y alinearse dentro de las lógicas capitalistas”, dice la autora.

 

Para la construcción de cada Ilustración se usó una técnica en volumen: pequeñas esculturas que se construyeron sumando materiales como madera, cartón, cartulina, corcho, cajas de fósforos, cilindros de cartón, semillas, palos de brochetas y pintura acrílica. Todos los originales fueron montados pieza por pieza, cada una lijada, coloreada y pegada con cola fría de carpintero.

 

“El desarrollo de las ilustraciones fue un gran desafío tanto en la conceptualización como la construcción de las piezas, ilustrar poesía es uno de los trabajos más difíciles que he tenido. Los textos de Ángeles tienen un dejo nostálgico que nos transporta a paisajes y sensaciones, en esto último me inspiré y extraje de ellos esos personajes que resonaban en las palabras como música. Es tan bella la poesía de Ángeles, hace que uno transite de lo natural de un paisaje a lo ruidoso de la ciudad mezclando ambos elementos”, explica Cristián Garrido, ilustrador de la obra.

 

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tema: poesía infantil

formato: tapa dura 18,5 x 23,5 cm

páginas: 32

edad: a partir de 8 años


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