ENVÍOS A TODO EL PAÍS

Este libro tiene la potencia de lo dicho y de lo que nos lleva a imaginar. Dudamos si es fantasía, si los murciélagos pueden encarnar en dos chicos, si existe la cruza entre hombres y gatos viviendo en una ciudad. Conmueve por lo terrible y por la ternura de los que quieren y siguen probando. El autor va construyendo vidas con escombros, con partes de los que son y de los que quieren ser, con luces y sombras desparramadas por una ciudad que muchas veces se hace irreconocible. Nos zambulle en aguas negras y en plazas oscuras. Un mundo adentro de otro mundo, mientras atravesamos esta historia que “por suerte” algunos se atreven a contar.

(fragmento de -Los murciélagos – Leonardo Pitlevnik)

“Vuelven los días despejados. Durante un tiempo, los tres siguen con sus espectáculos y se dedican a juntar monedas. La rutina ha variado. Ahora los hermanos se tiran al agua haciendo morisquetas; aplauden en el aire como focas, pasa Pablo por encima de Pedro que salta a destiempo, exagerando aún más su cojera. Los turistas llegan a creer que hasta la forma de caminar es parte de la pantomima. Lo que más les gusta a los hermanos sigue siendo chocar en el aire. En una última tirada de cada presentación: corren desde puntos distintos del muelle lo más rápido que les permiten sus piernas y aúllan encogiéndose para chocar de costado antes de caer al agua.

Recogen cuanta moneda les arrojan desde la borda. Marta asegura que a veces no queda una sola en el fondo. Las cuenta en el aire, mientras llueven desde los barcos, y mantiene la figura erguida y los brazos extendidos hacia arriba, haciendo muecas y hasta pasos de baile. Sonríe a las caras que se asoman desde varios metros de altura y vuelve a contar el botín apenas sus compañeros salen empapados del río y lo arrojan en su bolsillo.

En esta especie de primavera que ha caído sobre ellos después de tanta lluvia, después de la noche de tormenta en que arrojaron un cuerpo al agua, hasta los marineros se han vuelto amables. Es como si los astros hubieran determinado que de aquí en más la suerte pudiera cambiar.”

Los murciélagos - PITLEVNIK LEONARDO

$26.500,00

Los envíos se despachan los lunes

Calculá el costo de envío

Este libro tiene la potencia de lo dicho y de lo que nos lleva a imaginar. Dudamos si es fantasía, si los murciélagos pueden encarnar en dos chicos, si existe la cruza entre hombres y gatos viviendo en una ciudad. Conmueve por lo terrible y por la ternura de los que quieren y siguen probando. El autor va construyendo vidas con escombros, con partes de los que son y de los que quieren ser, con luces y sombras desparramadas por una ciudad que muchas veces se hace irreconocible. Nos zambulle en aguas negras y en plazas oscuras. Un mundo adentro de otro mundo, mientras atravesamos esta historia que “por suerte” algunos se atreven a contar.

(fragmento de -Los murciélagos – Leonardo Pitlevnik)

“Vuelven los días despejados. Durante un tiempo, los tres siguen con sus espectáculos y se dedican a juntar monedas. La rutina ha variado. Ahora los hermanos se tiran al agua haciendo morisquetas; aplauden en el aire como focas, pasa Pablo por encima de Pedro que salta a destiempo, exagerando aún más su cojera. Los turistas llegan a creer que hasta la forma de caminar es parte de la pantomima. Lo que más les gusta a los hermanos sigue siendo chocar en el aire. En una última tirada de cada presentación: corren desde puntos distintos del muelle lo más rápido que les permiten sus piernas y aúllan encogiéndose para chocar de costado antes de caer al agua.

Recogen cuanta moneda les arrojan desde la borda. Marta asegura que a veces no queda una sola en el fondo. Las cuenta en el aire, mientras llueven desde los barcos, y mantiene la figura erguida y los brazos extendidos hacia arriba, haciendo muecas y hasta pasos de baile. Sonríe a las caras que se asoman desde varios metros de altura y vuelve a contar el botín apenas sus compañeros salen empapados del río y lo arrojan en su bolsillo.

En esta especie de primavera que ha caído sobre ellos después de tanta lluvia, después de la noche de tormenta en que arrojaron un cuerpo al agua, hasta los marineros se han vuelto amables. Es como si los astros hubieran determinado que de aquí en más la suerte pudiera cambiar.”

Mi carrito